Desde finales del siglo XX nos encontramos en medio de una revolución tecnológica que ha originado lo que se denomina sociedad de la información (SI), y esta se caracteriza por ser un estadio de desarrollo social en el que se obtiene, comparte y procesa cualquier tipo de información basada en el uso de distintos recursos informáticos y telemáticos desde cualquier lugar geográfico y en la modalidad que se prefiera. Las llamadas tecnologías de la información y comunicación (TIC) incluyen al sector educativo por ser los principales medios para crear y divulgar información dándole un nuevo sentido o propósito al entender a la educación como un motor fundamental para el desarrollo económico y social.
A lo largo del tiempo se puede constatar que las propuestas curriculares y educativas se han venido modificando en estrecha relación con los desarrollos tecnológicos prevalecientes en los distintos modos de producción económica y cultural, dando como resultado que las distintas sociedades generan sus propias culturas de aprendizaje. La sociedad en la información ha dado lugar a plantear nuevas y complejas demandas en la que hay por lo menos cinco grandes retos que plantea a la educación de hoy: a) El predominio de la información simbólica en el sector productivo. b) La rápida caducidad de la información. c) La inabarcabilidad e incertidumbre de la información. d) El riesgo de sustituir el conocimiento por la información. e) La relatividad de la información.
La sociedad de la información (SI) están exigiendo a los alumnos que adquieran una serie de habilidades que les permitan un aprendizaje continuado, autogestivo y estratégico que muchos le denominan “aprender a prender” el cual debe basarse en un aprendizaje constructivo de significados e ideas con una buena dosis de estrategias cognitivas, metacognitivas, auto reguladoras y reflexivo-criticas, como herramientas para pensar, junto con un aprendizaje colaborativo para interpensar y dialogar constructivamente, solo de este modo la información podrá transformarse en un genuino conocimiento dentro y fuera de la cabeza de cada uno de los alumnos .
Se ha justificado la introducción de las TIC dentro de las aulas escolares con la intención de conseguir: a) La impostergable literacidad digital de los educandos, b) La mejora de las prácticas educativas, c) Un mayor desarrollo tecnológico, d) La participación igualitaria de todos los miembros de la sociedad al acceso de la información favoreciendo un modelo más democrático de la educación.
Es importante reconocer que las TIC poseen ciertas características que ninguna otra tecnología puede ofrecer en la educación, sin embargo no es su simple introducción en las aulas o en las escuelas lo que hará que estas cambien de modo significativo, lo que puede contribuir a innovar las prácticas educativas será consecuencia de un análisis minucioso relativo al contexto del uso pedagógico, que tipo de actividades deben de realizar alumnos y profesores, al tipo de formación que requieren los profesores, al apoyo institucional, tipo de infraestructura, etc.
En conclusión la nueva sociedad de la información está generando una cultura del aprendizaje diferente a todas las que han prevalecido anteriormente, pero solo con el uso de estrategias (herramientas) cognitivas adecuadas es como podrá dárseles un sentido en beneficio de la posible construcción de aprendizajes significativos, estratégicos, reflexivos, contextualizables, críticos, todo esto no será posible de lograr sin el uso o desarrollo de diseños técnico-pedagógicos adecuados y que estén centrados en el aprendizaje de los alumnos, sin omitir la importancia que juega el profesor en su papel decisivo cuando diseña, dialoga, interactúa, supervisa y evalúa las actividades constructivas y co-constructivas de los alumnos durante su aplicación y como principal responsable de todos los procesos involucrados.
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